Me levanto con las primeras luces y tras sacudir el hielo que se ha formado en las paredes de la tienda y la superficie del saco, me adentro en el bosque y con ello en infinidad de cercados de piedra.
Trato de progresar por el fondo del valle, pero me resulta imposible. Intento bordear por la derecha pero no encuentro ni una ligera traza de sendero, por lo que me dirigo al lado derecho, donde consigo encontrar uno, aunque algo cerrado a tramos. Finalmente, abandono el sendero y cruzo al otro lado del valle, tratando de buscar el mejor sendero posible para ascender, pasando casi tanto tiempo para andar como para pensar por donde ir.
Trato de progresar por el fondo del valle, pero me resulta imposible. Intento bordear por la derecha pero no encuentro ni una ligera traza de sendero, por lo que me dirigo al lado derecho, donde consigo encontrar uno, aunque algo cerrado a tramos. Finalmente, abandono el sendero y cruzo al otro lado del valle, tratando de buscar el mejor sendero posible para ascender, pasando casi tanto tiempo para andar como para pensar por donde ir.
Las vistas se van ampliando según voy ascendiendo.
Una vez en lo alto desciendo brevemente y luego voy recorriendo la sierra hacia el Este, pasando por varias majadas en diferentes estados de conservación...
Finalmente, llego a una majada donde puedo divisar dos llamativos montes de la sierra, el Peña Llacia...
...y el Torbina.
Girando al Sur subo a un pequeño collado desde donde bajaré a Arangas, pero antes de emprender el descenso, subo al Pico Llacia de Gobiu girando a la derecha, nada llamativo pero de increíbles vistas hacia Picos de Europa.
Ya en el descenso voy dejando atrás las murallas rocosas de la Sierra del Cuera.
Una vez en Arangas, voy hasta Arenas de Cabrales por la carretera, dándome prisa en no llegar de noche. Aquí tomo la senda de Caoru, llegando en breve a un cercado de madera con un par de mesas, un buen mirador a Arenas donde pasar la noche.
¿Qué opinas?
Añade un comentario: