Túneles a un lado del Embalse de Cienfuens.
Y al otro lado, buenas vistas del mismo.
Fue habitual encontrar paredes anaranjadas y aguas azul turquesa.
Empezaba a levantar el Sol.
Collado de las Paúles.
Perfil de la Sierra de Gabardiella y al fondo, el Tozal de Guara tras el Monte de la Ronera.
Sierra del Águila y las paredes sobre el Río Flumen, a su paso por el Embalse de Cienfuens.
A la izq también se ve la Sierra de Gratal.
Hacia el Pico Gabardiella.
Aún sin lluvia, un chubasquero es muy útil para protegerse del frío provocado por el viento. Aquí, en la cima de Gabardiella.
El siguiente objetivo, por fin, el Tozal de Guara. Parecía que no quedaba ni gota de nieve. Una dificultad menos. Pero esas nubes...
Una vez más, por el GR 1. Buenas vistas al Tozal de Guara.
Nocito.
Punta del Corcurezo y Tozal de Guara.
Una de las dificultades del ascenso al Tozal de Guara, es que en el Barranco de la Pillera hay que cruzar el río bastantes veces. Si este está crecido, toca mojarse los pies, y si arriba hace frío, puede ser un problema.
Por suerte, yo no me mojé.
Un día más, las visibilidad no era lo suficientemente buena como para disfrutar al 100% de las vistas a Pirineos.
La primavera comenzaba a estallar.
Cima del Tozal de Guara.
Precioso cordal a seguir por la Sierra de Guara.
Nocito.
Una gozada.
Llanos de Cupierlo, Tozal de Cubilás y Cabezo de Guara, al fondo.
Pozo de nieve reconstruido en el Collado de Vallemona.
Siluetas mirando atrás.
Llanos de Cupierlo, plagados de erizones.
Los Fenales.
Fósiles de nummulites.
Apuré el día hasta apenas ver nada y paré a vivaquear antes de salir a la carretera que tenía que seguir al día siguiente.
¿Qué opinas?
Añade un comentario: