Como tenía que seguir por carretera, madrugué más de lo habitual y llegué al Embalse de Mediano poco después de acabar el amanecer.
Tozal de Samitier.
Macizo del Monte Perdido a la izq y Peña Montañesa a la dcha.
Monte Perdido, la cumbre más alta de Las Tres Sorores.
En el centro, la Sierra de las Sucas.
A la dcha emerge del agua la iglesia de Mediano, el pueblo que quedó inundado por el embalse.
El Embalse de Mediano vierte sus aguas al Embalse de Grado. Sumando ambos, pueden almacenar más de 800.000.000.000 litros de agua.
En el tramo entre los dos, aparece el Congosto de Entremón, un estrecho cañón formado por el Río Cinca.
En lo alto se aprecian la Ermita de San Emeterio y las ruinas del Castillo de Samitier, al igual que otros de la zona, construido para luchar contra los musulmanes.
Como algunas otras veces a lo largo de la Alta Ruta Prepirenaica, los profundos cañones suelen ir acompañados de caminos tallados en la pared.
Ligüerre de Cinca.
Vista atrás a la salida del Congosto de Entremón.
Trillo.
En este tramo me resultó algo extraño pasar por los pueblos en los altos, después descender, y finalmente volver a ascender hasta otro pueblo.
Trillo desde el Barranco de Trillo.
Caneto. Tenía un ambiente especial, influenciado por algo...
En el centro el Tozal de Samitier, y al fondo, ya casi imperceptible, el Tozal de Guara.
Pano.
Buzón influenciado por lo mismo que decía antes...
Dag Shang Kagyu, el monasterio budista causante del especial ambiente en la zona.
A la izq, las ruinas del Castillo de Panillo, ya de camino hacia la Sierra de Grustán.
Grustán, otro pueblo abandonado, con el Turbón al fondo.
Graus y detrás la sierras de la Mellera y del Castillo de Lagüarres.
Basílica de la Peña y Graus. A la izq, el particular Cristo Redentor de Graus.
Longaniza de Graus, el gran tesoro de la localidad, en formato bocata preparado por la Taberna Rokola, a donde llegué por recomendación de varios viandantes. Mmm...
Plaza Mayor.
Tras comer el bocadillo y pedir otro para llevar, seguí un rato hasta alejarme del casco urbano y buscar un sitio para dormir, no sin antes comerme el suculento bocadillo.
Río Ésera.
Graus visto desde el otro lado.
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