Agricultura y ganadería no solo sirven para producir alimentos. Son una genial herramienta para conocer la naturaleza que nos rodea: animales, plantas, hongos y otros microorganismos. Sirven también como ámbito en el que relacionarnos con otras personas, de la forma más sostenible imaginable: produciendo alimentos.
Un pequeño huerto y unas pocas gallinas pueden ser un buen punto de partida. O acercarse a alguien que los tenga.
Por contra, un huerto gestionado por una sola persona puede desencadenar en una mala salud física, por los movimientos repetitivos y posiciones estáticas, además de por la disminución del tiempo dedicado al ejercicio planificado.
Huerto
Rotación de cultivos (sucesión ecológica)
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